martes, 16 de agosto de 2016

Primeros Pobladores

   Relatan personas testigos de esta situación, como lo son el señor Guillermo García, el señor Juan Lista y la señora Martina de Romero, provenientes de la isla de margarita, que las primeras viviendas de este lugar fueron construidas con los sacos de cementos. Los mismos estaban hechos con un material fuerte, resistente al agua y al sol.
   Se construyó Campo Norte para los jefes norteamericanos y los venezolanos con cargo de alto rango, en cambio Campo Sur y Campo Rojo fué para los obreros.  Eran viviendas espaciosas, techadas de asbesto y con paredes de cemento, que contrastaban con las casitas de sacos de cementos y piso de tierra que existían dispersas en esta zona rural.
   Para ese entonces los pobladores estaban muy atentos al sonido de un cacho de ganado,  que se tocaba para llamarlos a comprar los alimentos, especialmente la carne fresca. Esta operación era repetida semanalmente, y ya los moradores de Anaco sabían que a la hora de escuchar el cacho debían ir a comprar la comida en el sitio convenido.
   Un bolívar, dos, tres y cuando muy cara a cuatro, era el costo del kilo de carne. Además, existía la sabrosa comida de la casa, la cual se hacía a base de huevos criollos y pollos, gallinas y cochinos que libremente corrían por el vecindario.
   La leche fresca era vendida en botellas de refrescos o licores, por los propios dueños de ganado quienes también elaboraban un sabroso queso. Periódicamente venía un camión desde El Tigre donde traían cazabe, verduras y otros alimentos en conserva, los cuales eran difíciles de conseguir en el área como las frutas, que a excepción de los topochos y cambures, no se daban en los grandes patios de las casas.

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